Cogimos la moto y nos fuimos rumbo a una nueva aventura. Támesis tiene un gran potencial turístico, el clima es cálido, está lleno de cascadas, charcos, hoteles y lugares ricos para ir a comer.
Para describirles mejor a Támesis piensen en un balcón, eso es este municipio, un balcón típico colorido, desde el cual por donde se mire hay una panorámica hermosa, repleta de verde, sembrados de café, naranjas, limones y muchas montañas.

Támesis, el balcón de Antioquia

Nos fuimos para Támesis en nuestra moto pasando por Versalles, Santa Bárbara, La Pintada y Montenegro. Llegamos a Támesis luego de recorrer 110 kilómetros por el suroeste antioqueño. Támesis está ubicado a 1600 msnm, y esto hace que su clima sea agradable en el día, es caluroso y en la noche un poco frío por encontrarse en la parte alta de la montaña, tal cual como se siente el viento en un balcón.

Sus charcos

Visitamos dos de muchos.

Río Claro

Está a 5 kilómetros del parque principal. El agua es fría y muy refrescante, allí llevamos fiambre y pasamos un buen rato en medio de la naturaleza que nos desconectó de la ciudad.

Río Frío

Este río tiene es tranquilo, en gran parte de su recorrido se encuentra un bosque de pinos y allí llegan algunas personas a acampar, a pasar el día y meterse al agua. Está a 40 minutos de Támesis, saliendo por el camino destapado hacía Jericó.

Dónde hospedarse

Al ser un gran destino turístico tiene gran variedad de hospedajes para descansar, nosotros decidimos quedarnos cerca al parque en el hotel Vegas del Río, tiene el desayuno incluido y un ambiente familiar y acogedor lo cual buscamos siempre al viajar. Nos encantó la limpieza de este hotel, y los colores de los balcones y ventanas, detalles que lo hacen un lugar de tradición antioqueña.

En nuestras caminadas conociendo el pueblo y sus alrededores, encontramos lugares  recomendados para ir a comer o tomar algo. En el Rancho de Martín almorzamos una carne deliciosa al estilo de la parrillada argentina. Allí conocimos a sus dueños quienes emprendieron este negocio hace cerca de 3 años y decidieron llamar su restaurante igual que su hijo.

Cerca de la iglesia del parque principal conocimos La Juguería Támesis, una parada infaltable en las mañanas o tardes de calor para refrescarse con un jugo o un batido de fruta. Un par de novios atienden este lugar.

Y recomendadísimo también es el Café Vintage. Allí conocimos a Ivon y Bibiana, quienes son unas expertas en café y se encargar de que tu visita al lugar sea toda una experiencia inolvidable porque sales comprendiendo la diferencia de un tinto a un café, el proceso que lleva cultivarlo y las distintas formas de prepararlo. Allí puedes disfrutar además de un delicioso café o soda saborizada, de muchas opciones de comida como hamburguesas, crepes, sánduches y diversas entraditas.

Y por supuesto, para nosotros, que no falten las pastas o las pizza. También en Támesis, a lo Romeo y Julieta en un balcón de enamorados, se puede disfrutar de una pizza de pasta delgadita en pizzabella. Conocimos a los dueños, una pareja de esposos que ha trabajado para posicionar este restaurante con mucho éxito.

Además tiene un detalle especial y es que allí se encuentran petroglifos tallados en piedras por los indígenas que habitaron hace cientos de años sus montañas. En el museo de Támesis hay vestigios y sus guías explican dónde se pueden ver aún después de tantos años de historia, las piedras con estos dibujos.