San Luis, conserva la sencillez de los pueblos antioqueños, se ven casas coloridas y señores con sombrero, pero la diversión principal está en las cascadas y piscinas naturales como la que conocimos, llamada La Planta.
El viaje a San Luis, cascada La Planta
Ir a este municipio del oriente antioqueño es muy fácil. Se toma la vía Medellín Bogotá y luego de pasar la entrada hacia San Francisco, se llega a la entrada de San Luis, a unos 130 kilómetros de distancia de Medellín. Desde la entrada hasta el parque principal, se pueden observar cascadas que son disfrutadas por los turistas para tomarse fotos y bañarse, montañas reverdecidas y algunos árboles florecidos. Nos contaron que un plan también que se puede hacer en este lugar es el avistamiento de aves.
La Planta es una enorme piscina natural
La cascada La Planta está a 5 minutos del parque principal de San Luis. Vale la pena conocerla. Para llegar se deben bajar cerca de 400 escalas que se pueden transitar despacio. Es recomendable llevar hidratación, aplicarse protector solar y repelente para los mosquitos. A nosotros, don Jorge, un oriundo de San Luis dedicado al cultivo de cacao, a cuidar motos y a hablar muy bien de su municipio, nos regaló hojitas maseradas que cogió de varias plantas, para que nos aplicáramos en todo el cuerpo porque, según él, era el mejor repelente, y la verdad, lo comprobamos, ningún mosquito se nos acercó.
La Planta, se trata de una piscina natural con una enorme cascada. Cerca de las piedras que la rodean uno puede sentarse y contemplar el lugar. Si se sabe nadar muy bien también uno puede irse hasta la mitad de la piscina con precaución porque es honda. Algunos más osados hasta se lanzan en clavado desde las piedras más altas. El agua es fría, limpia, refrescante para el calor que se siente. Algunas familias llevan fiambres y en general vimos que las personas tenían un buen comportamiento y dejaban limpio el lugar, porque debemos recordar que para poder disfrutar estos maravillosos espacios que nos brinda la naturaleza, la mejor forma de agradecer, es cuidándolos, conservándolos limpios y en orden. De hecho, en el camino de escalas, vimos costales donde uno puede depositar las botellas y basuras.
La atención de don Jorge
No podíamos dejar de contar en esta historia, que conocimos a don Jorge Arango, un hombre que nos impresionó gratamente con su sencillez, hospitalidad y amabilidad. Su casa está junto al Parque Natural El Dormilón donde está la cascada La Planta. Ahí él ayuda a parquear motos y carros y de eso vive, además del cultivar cacao.
En su casa nos guardó los cascos, las chaquetas y nos facilitó uno de los cuartos de su casa para cambiarnos y emprender la caminata a la cascada La Planta.
Él fue desplazado por la violencia en San Luis, que sufrió este municipio hace cerca de 20 años. Muchos años después, don Jorge retornó y hoy, es un contador de historias, entretenido, conversador y un guía para los turistas que llegan a este municipio. En su casa hasta le abre campo a los turistas para que se queden a dormir, o los deja acampar cerca a su casa y bajo los árboles de cacao que cultiva.
El cacao
Luego de conocer La Planta, regresamos a la casa de don Jorge, quien nos insistió que volviéramos, que en su municipio había más por conocer y como para que no nos quedara duda, nos habló de la ruta del cacao, un plan turístico que están promocionando para las personas conozcan sobre esta alternativa económica cada vez más posicionada en San Luis.
Nos invitó a degustar el cacao. Fue a cortar los frutos, y con un machete los abrió por la mitad. Adentro estaban llenos de frutos blancos, carnosos. Los probamos y fue difícil parar de comerlos. Son realmente deliciosos. Su sabor es dulce, con un toquecito ácido. A nosotros nos encantó comérnoslos así, pero el proceso que sigue es fermentarlo por unos seis días y dejarlo secar. Con esos granos hacen el cacao para los chocolates. Don Jorge nos contó que en San Luis hay mucho cultivo de cacao, también de café, pero que la apuesta más grande hoy en el municipio es por el turismo.
Así de variopinto es San Luis, un municipio con historia, con personas amables, con deseos de recibir a más turistas para que disfruten y cuiden las maravillas de la naturaleza, se deleiten con la gastronomía típica, y por supuesto, con el cacao. Un dato adicional es que San Luis está rodeado de montañas muy altas, y en una de ellas se observa hay una enorme roca desde la cual nos contaron que se puede ver hasta el Río Magdalena.
El regreso a Medellín
San Luis fue otro viaje que disfrutamos en pareja y la verdad, quedamos con deseos de volver además porque don Jorge nos recomendó mucho “La huerta del cacao”. Sobre este plan se puede averiguar más en la página de Facebook que tiene este mismo nombre.
Definitivamente viajar es maravilloso porque además de conocer lugares, se conocen personas especiales como don Jorge a quien esperamos volver a ver.
Vive, sueña y viaja.
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